10 marzo 2010

Tantra es continuidad

La espiritualidad revolucionaria del Tantra queda en evidencia de la mejor forma en la definición dada en el antiguo texto budista Guhya-Samâja-Tantra. Según este texto, Tantra es continuidad”. La palabra deriva de la raiz tan que significa “extender, estirar”. Es comúnmente interpretada como “aquello por el cual el conocimiento o comprensión se expanden o se esparcen” (tanyate vistaryate jnânam anema).

Uno de los sentidos secundarios de la palabra es simplemente “libro” o “texto”, como en Panca-Tantra (“Cinco tratados”), que es una famosa colección hindú de fábulas. Siendo así, se puede definir un Tantra como un texto que amplia la comprensión al punto de permitir el nacimiento de la verdadera sabiduría. Todos los adeptos del Tantra está de acuerdo en que la liberación se vuelve posible a través del nacimiento de la sabiduría (vidya). La sabiduría es liberadora porque conduce el practicante del Tantra en la “continuidad” que existe entre las dimensiones finita e infinita, como observamos arriba. La idea de continuidad expresa bien la naturaleza del tantra porque esa tradición pan-hindú busca superar de diversas maneras el dualismo entre la realidad suprema (i.e., el Si Mismo) y la realidad condicionada (i.e., el ego), insistiendo en la continuidad que existe entre el propio proceso del mundo y el proceso de liberación o iluminación.

La gran fórmula del Tantra, fundamental también para el Budismo Mahâyâna, es “samsara es nirvana”. O sea, el mundo condicionado o fenoménico es coesencial al Ser-Concienca-Beatitud trascendente. Por tanto, la liberación no es una cuestión de dejar el mundo para tras o eliminar los propios impulsos naturales. Antes, es una cuestión de ver de que la realidad inferior está contenida en la superior y es idéntica a ella, y de dejar que la superior transforme la inferior. Por eso, la característica básica del tantra es la integración – la integración del yo con el Si Mismo, de la existencia corpórea con la realidad espiritual. Ananda Coomaraswamy, orientalista e historiador de arte, hizo esta observación muy pertinente:

La realización última de todo pensamiento es el reconocimiento de la identidad que existe entre espíritu y la materia, el sujeto y el objeto; y esa fusión es el matrimonio del Cielo y del Infierno, el caminar de un universo contraído rumbo a la libertad, en respuesta al amor de la Eternidad por los productos del tiempo. Después de eso no hay más sagrado ni más profano, espiritual ni sensual; todo lo que vive es puro y diáfano. Este mundo de la generación y corrupción es también el gran Abismo.

Es importante percibir que la revolución tántrica no deriva de la mera especulación filosófica. Aunque esté vinculado con una inmensa estructura de conceptos y doctrinas antiguas y nuevas, el tantrismo es intensamente práctico. Es sobretodo, una práctica de realización, o lo que se denomina de sâdhana. Por eso, en ello, el Yoga es un elemento central.

Traduzido por Rodrigo Ayala

Extraído del libro A Tradição do Yoga - Georg Feuerstein


Vajrayoguini es una Deidad femenina del tantra del yoga supremo, personificación del gozo y la vacuidad inseparables.



La vida no es diferente del nirvana.
El nirvana no es diferente de la vida.
Los horizontes de la vida son los del nirvana.
Los dos son exactamente iguales.

Nagarjuna


El presente no es un momento evanescente: es la única eternidad.
El Tiempo es el samsara; el Presente es el nirvana.

Wei Wu Wei

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