Bajo la guía de su guru, Sri T. Krishnamacharya, Sri K. Pattabhi Jois ayudó a descifrar este sistema de práctica de asanas (posturas), lo nombró Ashtanga Yoga, convencido de que es el auténtico sistema de práctica de asanas tal y como las concibió Patanjali. Enfatiza el vinyasa (que significa movimiento sincronizado con la respiración), un método de sincronización progresiva de series de posturas con una respiración específica (ujjayi pranayama)-proceso que produce un intenso calor interno y una sudoración profusa, sudor que desintoxica los músculos y los órganos internos. El resultado es una mejoría en la circulación, un cuerpo liviano y fuerte, y una mente en calma.
Practicado en sus secuencias, gradualmente lleva a la persona a redescubrir su potencial en todos los niveles de la conciencia humana-física, psicológica y espiritual. A través de la respiración correcta (Ujjayi Pranayama), posturas (asanas) y puntos focales (drishti), se logra el control sobre los sentidos y una profunda conciencia de nuestro ser. Al mantener la disciplina con regularidad, se adquiere el equilibrio entre cuerpo y mente.
La respiración es el corazón de esta disciplina, y liga cada asana con la siguiente.
Se sincroniza el movimiento con la respiración (vinyasa) y se utilizan sellos internos (bandhas) que crean un profundo calor interno. Este calor purifica los músculos y los órganos, elimina toxinas y permita que el cuerpo produzca hormonas y minerales muy beneficiosos.
En Ashtanga, a la primera de las seis secuencias de posturas, o “series”, se le llama
La segunda serie, Nadi Sodhana, purifica el sistema nervioso y
Fuerza, energía y sudor son aspectos únicos de este Yoga tradicional,
características que parecen contrarias a la percepción occidental del yoga. La mente se vuelve lúcida, clara y precisa.
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